¿Qué es?
“Tiene sabor” es una canción estrenada este año 2020 por Denise Rosenthal, cantante y compositora chilena donde, como ella misma menciona en algunas conversaciones que tuvo con medios a principios de año, la canción va en torno a la aceptación personal, a mostrarse como uno es sin compararse con otras personas o modelos de belleza históricamente impuestos.
¿Por qué escucharla?
Al hablar de salud mental a veces cuesta pensar en canciones más alegres o con un ritmo que contagie más motivación sin embargo me parece importante contar con canciones como estas que son parte de artistas chilenas y que dan un mensaje de aceptación y de quererse como uno es sin estar constantemente comparándose con otras personas.
“Ya no te compares, quiérete entera” o “tú eres la estrella más bella que una simple opinión” son frases que encontramos en la canción y que tienen un mensaje claro en cómo debemos querernos y aceptarnos como somos dejando de buscar la aceptación en los demás.
¿Qué mensaje de Dios nos transmite?
En un mundo donde la salud mental no es considerada clave pero a la vez vemos que existe una alta tasa de suicidio parece importante preguntarnos de qué manera se puede combatir esto y ayudarnos a la propia aceptación y amor propio que muchas veces a través de las redes sociales o los medios de comunicación se ven dificultados por los estereotipos impuestos o por las opiniones de un otro, a veces conocido y en otras ocaciones desconocido, que traspasan límites ocasionando que una sola palabra pueda ser más dañiña que cualquier otra cosa.
Hace unas semanas en las mismas redes sociales circulaba un mensaje de no opinar por el cuerpo de la otra persona porque no sabemos qué situación está pasando o cómo vive internamente. Pues hoy, junto a ese mensaje creo importante añadir el cuidarnos, el estar atent-s a los demás y darnos cuenta que una opinión en las redes puede tener efectos severos en la persona detrás de la pantalla. Aceptarnos y querernos a nosotr-s mism-s es el primer paso para poder empatizar con las demás personas y construir un mundo de amor y respeto.
Por: Francisca Rodríguez
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