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  • Foto del escritorTiempo Magis

Ratatouille

¿Qué es?

¿Una rata puede convertirse en un chef de prestigio? Pues este es el sueño de Remy, el protagonista de la película “Ratatouille” que intenta convertirse en un cocinero profesional y que, junto a la ayuda de Linguini, quién no posee ningún talento culinario pero que es humano, podrá internarse en el mundo de la cocina en el restaurant del aclamado chef Gusteau quien, en vida, mencionó “cualquiera puede cocinar”.


¿Por qué verla?

Además de ser una película animada que permite tener un divertido momento en familia, la historia nos relata la manera en que Remy trata de conseguir su sueño, uno que pareciera ser imposible por su naturaleza pero que, a lo largo de la película, se demuestra que no es un inconveniente y que, muchas veces, lo único que hace falta para cumplir nuestros sueños es pasión y la ayuda de un buen amigo que, a pesar de las diferencias claras que tienen entre ellos, no lo juzga sino que lo apoya y juntos sortean los obstáculos que se les vienen por delante.


¿Qué mensaje de Dios nos transmite?

Nos encontramos en el mes de la solidaridad pero ¿nos hemos preguntado qué significa esto?

¿Por qué no preguntarnos si en este tiempo hemos rezado, ayudado, pedido por aquellas personas por las que nadie pide? ¿Qué pasa con los excluidos, marginados a los que se les cierran las puertas? Muchas veces dejamos a aquellos Remys de lado, no pedimos por ellos, no los ayudamos y creemos que sus sueños, sus metas pueden estar fuera de alcance o que quizás no van con nuestro pensamiento, es ahí donde debemos detenernos a reflexionar y pensar ¿por qué no?

Hoy la invitación que hago es a pensar en aquellos Remys de nuestro alrededor y convertirnos en un Linguini pero también en un Remy, seamos solidarios, ayudemos al otro a cumplir sus sueños y también tengamos la valentía de cumplir los nuestros. Hoy en las ollas comunes que se dan en distintas partes del país podemos ver equipos de personas que quizás antes no hablaban pero que hoy, en pos de un bien común se reúnen, cocinan, brindan a otros alimentos pero quizás, quién sabe, descubren un talento, un sueño a cumplir. Hagámonos parte de eso, y que este mes de la solidaridad persista con el paso de los días y no quede sólo en la pandemia.


Por: Francisca Rodriguez.

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