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María en la Realidad y expresión cultural de la Sociedad

Tiempo Magis en diálogo con Federico Aguirre, Teólogo UC


La fe es un hecho cultural, la cultura no es un añadido de la fe. Dios necesitó un cuerpo concreto para encarnarse; la fe se encarna en la cultura


En la segunda semana de este mes de María, queremos abordar el tema de la Fe Popular y la figura de la Madre de Jesús. En este sentido, el equipo de Tiempo Magis dialogó con Federico Aguirre, teólogo de la Universidad Católica.

Antes de ahondar es importante diferenciar entre fe popular y religiosidad popular, aclarando que la denominación ‘Fe popular’ es una respuesta a la revelación de Dios: “Dios se comunica, y el ser humano, que es un ser cultural y social, elabora una respuesta a esa llamada, esa revelación. Y esa respuesta siempre es cultural. Es decir, no hay evangelio sin cultura”, asegura Aguirre.

Cada pueblo tiene una cultura propia con la que recibe y asimila la Buena Nueva que es el Evangelio. Aguirre destaca que hablar de Fe popular es hablar de Respuesta asociada a un territorio, a una época, a condiciones socioculturales, a la respuesta de un grupo de personas que no siempre se identifican con una institución. “Yo diría que la fe popular es la respuesta de fe que elabora el pueblo ante Dios, y lo hace a través de sus propios medios que, a veces, se acercan o se distancian de la institución religiosa”.

Ahora bien, en esta sociedad latinoamericana ¿Cómo entender todas estas expresiones culturales en relación a la devoción mariana hablando de Fe popular? El teólogo asegura que la figura de María es fundamental a la hora de hablar de “expresión” de fe, ejemplificando la realidad que se vive en diferentes puntos del norte del País (Chile) como lo son: La Serena, Arica, Copiapó, Calama, Iquique, asociado a una sensibilidad religiosa prehispánica. En el sur andino, continúa el experto, se encontraría la tipología de la virgen del Cerro, destacando a la virgen como la mediación fundamental entre el orden humano y lo divino.

En norte de Chile y en el sur andino, la Virgen se convierte en una mediación fundamental asociada a un imaginario también indígena, es una fe híbrida, en la que se reivindica el ser moreno, lo matriarcal; la Virgen es una madre cercana, una mediación fundamental: cercanía y cariño hacia sus hijos

En los últimos diez años se ha hecho especialmente fuerte en Chile la reivindicación de las mujeres en la vida social y la posibilidad de un mundo que no esté construido a partir del dominio de los varones. Yo creo que ahí puede haber una clave de lectura de la Virgen.

Hay que aclarar que quienes transmiten la fe, por lo menos en Latinoamérica, en su mayoría son las abuelas o las mamás. Las abuelas son las que crían en el mundo popular en Chile, por lo menos hasta hace poco. Y yo de hecho he conocido familias que todavía funcionan así. Las abuelas crían a dos o tres generaciones, y no solamente de sus hijos sino también hijos de otras familias, entonces es una figura muy potente, la mujer tiene un rol fundamental y por eso también la Virgen termina encarnando este rol

Hay teólogas feministas como Virginia Azcuy, Blanca Besa, o Elizabeth Johnson en Estados Unidos, quienes por medio de su trabajo buscan resaltar la figura de María en el Evangelio, con el propósito de relacionar a la Virgen con los procesos sociales actuales.

Como cristianos, líderes pastorales ¿Qué deberíamos hacer para acercarnos a la Figura de María? Federico Aguirre sugiere que es importante escuchar y valorar al pueblo de Dios. “Cuando aparecen estos relatos, cada fiesta, cada imagen concreta, tiene un relato, una historia que tiene un carácter legendario. La Sagrada Escritura está llena de relatos legendarios y creemos en ellos. El hecho de que sea legendario no le quita ningún valor, porque es una forma de comunicar una experiencia y la experiencia de fe. Estos relatos que elaboran los pueblos en cada tiempo y lugar, son el modo de asimilar culturalmente la Sagrada Escritura y la Tradición

Finalmente, como iglesia y miembros de un solo cuerpo que comparte una Fe, desde cada carisma se invita a saber y aprender a escuchar, escuchar al pueblo que se expresa a través de bailes, música, cuentos, y luego proyectarlo y transmitirlo a las siguientes generaciones.

En vez de quedarnos con la sospecha de que nada es suficiente, ¿Por qué NO asistir, participar y escuchar de todas estas manifestaciones de Fe de la que también somos herederos y formamos parte?


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