top of page
  • Foto del escritorTiempo Magis

Ignacio de Loyola: Soldado, predicador, santo.

¿Qué es?

“Ignacio de Loyola” es la última película basada en las memorias de este gran santo, que vivió entre 1491 y 1556, fue el fundador de la Compañía de Jesús, la orden de los Jesuitas. Producida por Jesuit Communications Foundation se estrenó en 2016 en Europa, pero tardó en llegar al continente Americano 3 año más, actualmente es distribuida en Sudamérica por Goya producciones.


¿Por qué verla?

Esta película cuenta la historia de un joven soldado, Iñigo (Ignacio) que se ve obligado a renunciar a su carrera militar tras resultar herido en una batalla. Lo que se presentaba entonces como una desgracia, le proporcionó la posibilidad de leer durante su convalecencia libros religiosos que lo ayudaron a profundizar en la fe católica y en la imitación de los santos.

Desde entonces, el joven y pasional Iñigo enfrenta una nueva batalla la de enfrentarse con la incredulidad, el rechazo de la gente más cercana y la necesidad de luchar por encima de todo contra sí mismo.

El film también muestra como en la vida de Ignacio se combinan la claridad de pensamiento con el amor de fantasía e imaginación, donde los Ejercicios Espirituales forman un método riguroso para tomar decisiones de vida y han guiado a innumerables buscadores a lo largo de la historia.


¿Qué mensaje de Dios nos deja?

Si bien la película es biográfica, podemos observar e identificar en sus 118 min la acción de Dios a lo largo de la vida de San Ignacio.

Igñigo fue un hombre que, antes de su encuentro con Jesús, amaba el poder y la mundanalidad, pero que luego, con dedicación, estudio y escucha de la Palabra de Dios, se entregó a su voluntad.

Muchos de nosotros podemos sentirnos identificados con el carácter, temperamento y esa forma de ser aguerrida de este soldado, otros, quizás, se sienten interpelados por el proceso de conversión y otros simplemente podemos ser atraídos por su método de oración, que en lo personal es para mi un estilo de vida; y es que eso generó en mí conocer la espiritualidad ignaciana.

Para poder ayudar a los demás necesitamos de encuentros personales con Dios: momentos de oración y de escucha de su Palabra y esto es lo que nos deja San Ignacio.

Podemos decir que Dios hizo su obra en este soldado noble de Castilla. El también pasó su tiempo de “noche oscura”, ha experimentado la desolación y las tentaciones, pero ha salido victorioso de esos momentos. Ha dejado a la Iglesia un inmenso tesoro (los Ejercicios Espirituales) que hoy en día muchos de nosotros utilizamos, para poder escuchar y discernir la voluntad de Dios.



Por Mariana Balcaza


bottom of page