Entre dudas y fe
- Nicolás Quijada
- hace 5 días
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días
Reflexión de Domingo de Ramos
Semana Santa es una oportunidad para reflexionar, no solo sobre nuestro actuar individual como católicos, también sobre cómo es que hacemos Iglesia junto a otros. Durante Domingo de Ramos recordamos a aquellas multitudes de personas que celebraron la triunfante entrada de Jesús por las calles de Jerusalén, pero con menos de una semana de diferencia es que estas mismas multitudes aclamaron y solicitaron su crucificción. Un excelente ejemplo de una fe que aclama, pero que también fácilmente condena. Una dicotomía que considero muy vigente en estos tiempos, donde nuestros entornos pueden invitarnos a juzgar y no amar.
Para evitar caer en aquello es que San Alberto Hurtado realizaba una pregunta sencilla, pero difícil de discernir: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Buscando colocar a Cristo como su razón de ser es que San Alberto nos invita a ser coherentes con nuestra fe, aunque no
siempre lo logremos. Los invito a detenerse un momento, a pensar sobre aquellos momentos en los que nos dejamos interpelar, traigamos a la memoria las situaciones que nos han permitido sentir compasión, recordemos aquellos momentos en los cuales somos justos con nuestros hermanos y hermanas. Pero más importante aún, los invito a pensar en aquellos momentos donde no sentimos pasión alguna por Él en nuestros corazones, reflexionemos sobre las situaciones en las cuales rechazamos su modo de ser, identifiquemos por qué suceden estos contrastes en nuestra fe, preguntémonos sobre por qué es que lo negamos.
Esta invitación que les realizo puede ser difícil, pero creo que es necesaria para acercarnos más a Dios. Personalmente, siento que identificar estos contrastes en mi fe es lo que me permite que esta crezca, porque dándole espacio a mis dudas, enfrentando mis incertidumbres y reconociendo los momentos en los cuales soy injusto es aquello que me permite acercarme más a Jesús. Permitamos que nuestras dudas e incertidumbres nos acercan a una mayor comprensión de nuestra fe. Si nunca cuestionamos nuestros actos, si no meditamos en torno a su palabra, si no buscamos contemplar sus modos, no seremos coherentes con lo que Dios quiere de nosotros.
Pidamos la gracia para realizarnos las preguntas correctas en esta Semana Santa. Los invito a no recordar a Dios solo en los momentos en los que necesitamos ayuda. Aprendamos a perdonar, porque no siempre hemos sido buenos. Seamos consecuentes hasta el final, aunque eso nos empuje a cargar una cruz.
Opmerkingen