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  • Foto del escritorTiempo Magis

¡Resucitó!, La experiencia del hombre que siempre pensó en sus Amigos


Por Camila Schade, Rji Santiago


Resurrección. El término resulta extraño no lo solemos usar en lo cotidiano, si pensamos en resurrección, en que los muertos vivan incluso puede evocar temor, muertos andantes, seres sin alma. La palabra es lejana a nosotros y misteriosa. Siendo así ¿Por qué el que resucite una persona evocaría alegría? Y, ¿Por qué la resurrección es una de las grandes alegrías de ser cristiano?

Contemplando la pasión algunas de estas dudas se disipan.

Al poner en perspectiva todos los sucesos de la pasión, leerlos y escucharlos como si fuera la primera vez, o pensar que todo lo escrito le pasó a alguien hoy en nuestros tiempos, a un cercano, amigo o a nosotros mismos, nos podemos acercar a ella de una forma distinta.

La pasión es una historia muy intensa, un hombre acorralado por una multitud, llevado a la fuerza para juzgarlo, inventaron crímenes en su nombre, personas amadas le dieron la espalda y negaron conocerlo, fue desnudado, escupido, insultado, atravesado, torturado, crucificado, asesinado no por uno por varios… tremenda noticia si pasara en nuestras ciudades, devastador si le pasara a un amigo, insoportablemente doloroso si nos pasa a nosotros.

¡Qué injusto, qué rabia! tanta tortura por dedicar su vida a enseñarnos a amar y amarnos.

Cómo sucesos tan gratuitamente violentos terminan siendo motivo de alegría, qué locura pensar que hay gozo en todo esto.

Al fijar la mirada a Él, encuentro grandeza, me conmueve verlo guardar silencio, recibiendo los golpes, perdonando y cargando esa cruz, amando con el cuerpo destruido. Encuentro maravilla al saber que alguien así existió, que Él existió.

Busco y encuentro gozo al ver, admitir y aceptar que, si hay muerte, si pueden faltar a nuestra confianza, ser traicionados, pueden llegar al extremo de crueldad con nosotros, multitudes pueden desear nuestra muerte, gritar su deseo de vernos muertos, al comprender que si todo esto nos desgarra y nos mata, pero no es la última palabra, no es ahí dónde termina la historia y que sí es posible amar incluso en cruz.

Qué deslumbrante ver su perdón y amor luego entre tanta agonía, que alegría saber qué hay amor luego del dolor, cómo nos cambia la vida saber que todo lo quebrado puede volver a vivir.

Nuestras muertes, no son finales, no hay muerte que sea capaz de acabarnos.

Finalmente, y resulta descolocante, Jesús se reúne con sus discípulos, y su actitud carece de reproche, lo mataron y traicionaron hace un par de días, pero en su obrar no da cuenta de ello, incomprensible si lo pensamos como un cualquiera.

Él fue crucificado y su preocupación está puesta en sus amigos, Él fue asesinado, pero ellos son los que reciben la paz, Su paz.


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