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  • Verónica Lorenzini

¿Qué te gustaría regalarle al niño Jesús?


Cada 6 de enero la tradición cristiana celebra La Epifanía, en dónde recordamos la llegada de tres Reyes Magos a Belén desde el Oriente, guiados por una estrella para rendir homenaje a Jesús recién nacido y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: Oro, el metal de los reyes; Incienso, la ofrenda de los dioses; y Mirra, como anuncio de sus futuros padecimientos por ser hombre.


Este día nos invita a reflexionar qué queremos ofrecerle al niño Jesús desde nuestras propias individualidades, aquello que sea de alto valor y que queramos regalarle a Dios hecho hombre. Para esto, cómo jóvenes ignacianos/as, invito a que podamos meditar en torno a la Oración de San Ignacio [EE 234], que desde el inicio expresa un ofrecimiento de nuestra parte cuando decimos "Tomad, Señor, y recibid", brindándole a Dios todo lo que somos y todo lo que tenemos: nuestra libertad, memoria, entendimiento y voluntad. Todo esto ha sido otorgado por él mismo, en el que con mucho afecto debemos agradecer pero también ofrecer y devolver.


A partir de esta oración, San Ignacio nos invita a que todos nuestros pensamientos y acciones estén encaminadas únicamente al servicio y alabanza de Dios, ya que todo le pertenece a él y a él debe ser devuelto según aquello que desee para la humanidad por medio del amor que, tal como lo propone en los Ejercicios Espirituales, este se ha de poner más en las obras que en las palabras.


Entonces, con el mismo amor, entreguemos también lo que Dios nos ha dado, devolvamoslo como ofrenda para seguir construyendo, el Reino de Dios día a día, comprometiéndonos con el prójimo para trabajar por la justicia y la paz. Sin duda que este presente, para Jesús, tiene una riqueza que vale mucho más que el oro.

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