top of page

Abracemos con el alma

Foto del escritor: Tiempo MagisTiempo Magis

Por: Araceli Mancilla


La solidaridad nos permite ver con mayor claridad la realidad, siendo empáticos para poder entenderla y hacer algo para transformarla. Nos motiva a ser comprometidos/as y responsables por el bien comunitario, actuando desde el amor. La descubrimos en nosotros/as cada día, si así lo deseamos. A lo largo de mi crecimiento espiritual he reconocido que “soy porque somos” y esto le da sentido a la manera de vivir la solidaridad en mi vida. Jesús necesita jóvenes dispuestos/as, personas que se involucren y luchen con amor para ayudarlo en la construcción de un mundo mejor, que se entreguen en autenticidad para servir desde lo cotidiano.


Estamos en un contexto muy complejo. El COVID-19 sin duda ha dificultado muchas cosas: en la actualidad muchas familias se han visto afectadas en distintas dimensiones. Hemos podido evidenciar los altos niveles de pobreza que alcanza nuestro país y las falencias del sistema con las familias de clase media; injusticias que nos han indignado y conmovido como el caso de nuestras compañeras Ámbar y Antonia, víctimas del machismo existente en nuestro país y que se ha visto en aumento en este periodo de confinamiento; o la constante violencia y represión al pueblo mapuche durante este último tiempo. Ha sido un tiempo de observación, hemos evidenciado con bastante claridad que no todos/as estamos en igualdad de condiciones en nuestro país y que todo aquello por lo que salimos a manifestarnos durante el año pasado aún está presente. Sin embargo, no todo está perdido, muchas manos amigas han salido al encuentro, jóvenes a lo largo de todo Chile se han sumado a campañas solidarias, han surgido ollas comunes en busca de alimentar a quien no tiene que comer, las redes sociales se han transformado en un espacio de difusión solidaria, organización y revelación. Todo esto entrega esperanza, porque nos damos cuenta de que no estamos solos/as y nos unimos para combatir aquello que consideramos injusto; hacemos comunidad. Porque nos hacemos consciente de las necesidades del otro/as y juntos nos organizamos para hacer un servicio que trascienda a la vida de alguien más.


El mes de la solidaridad nos invita a reflexionar sobre el significado de lo que hacemos y visualizar juntos nuevos espacios de compromiso y acción. Si nos preguntamos: ¿Qué es la solidaridad? Probablemente muchas ideas vengan a nuestra mente, muchas maneras de ser o actuar. A mí esta palabra me conmueve porque se transforma y evoluciona, deja de ser solo un concepto o una acción buena cuando sentimos la alegría que provocamos en alguien más, cuando haces sentir al otro/a que no está solo/a y que estás ahí. Ahí sientes cómo eso que solo era un concepto se vuelve parte de ti y te abraza al alma. Eso es la solidaridad para mí, la manera en que quiero vivir y sin duda lo que deseo compartir. Cuando hablamos de abrazar inmediatamente recordamos el acto físico de demostrar afecto a un ser querido por medio del tacto. Para mi el “abrazo” es un gesto mágico que transmite amor sincero en el que podemos disfrutar la existencia de otro/a, es disponerme a refugiar en mis brazos para contener y acompañar, es transmitir sin decir nada todo aquello que se puede sentir en tan solo un instante, es eso que extrañamos en este tiempo de distanciamiento. Por eso creo que abrazar con el alma es la invitación que nos toca aceptar en la actualidad, porque significa abrazar desde la esencia del amor, traspasando distancias o límites, de manera total y auténtica con nuestra esencia, con aquello que nos da vida, eso que nos caracteriza y que nos mueve.


Es emocionante ver como sociedad nos ponemos la camiseta de amor para solucionar aquellas injusticias, y sin importar la condición damos lo que más podemos, porque existen muchas maneras de servir. Muchos estábamos acostumbrados a un servicio directo de conocer a aquel que ayudamos y ver su sonrisa de alegría al estar a su lado, pero aquí estamos aprendiendo otra manera de ayudar adaptándonos también a las limitaciones que se nos entregan. Aunque parezca menos importante este servicio más distante físicamente, nos enseña mucho de la importancia del dar desde el alma. Es cierto que muchos de nosotros/as estamos viviendo una montaña rusa emocional, pero esto no ha detenido nuestro espíritu solidario.


Los invito a no bajar los brazos, no siempre se puede, es cierto, pero cuando sí se pueda, démoslo todo, entrégate desde lo que eres. Ponerse en el lugar del otro/a y acompañarse es algo grande, existen muchas herramientas para apoyarnos y ser una gran comunidad. Hemos demostrado ser jóvenes conscientes a los que sí les importa lo que ocurre en nuestro país. Cada vez nos hemos despojado un poco más de la superficialidad de las cosas y nos atrevemos a entregarnos de manera auténtica. Dejemos de lado aquello que nos impide ser compasivos con el dolor ajeno, entreguémonos a causas solidarias, esas que se mantienen en el tiempo que surgen desde el amor, que nos compromete y nos responsabiliza, porque finalmente todo esto mantiene la esperanza. Te invito a abrir los ojos, a abrir el corazón y que juntos descubramos donde se necesita de nuestra ayuda.


Es aquí, en este nuevo estilo de vida, cuando nuestros sentidos se agudizan y la necesidad de obrar y la satisfacción que sentimos al hacerlo logran volverse parte de nuestra cotidianidad. Seamos como Jesús compañero, ese que está presente y que abre su corazón a quienes más lo necesitan. Los/as invito a pensar en qué podemos aportar como comunidad y como miembros individuales, a pensar en cómo podemos ser agentes de cambio. No nos limitemos, nos corresponde ser innovadores y curiosos, todo para convertirnos en aquel compañero o compañera que se necesita en la comunidad. Escuchemos y recordemos que Jesús nos invita constantemente a ser personas conscientes, a actuar de manera humilde y amorosa. A ser jóvenes serviciales, compasivos y entregados al prójimo desde el amor y la fe, para construir así un mundo más justo y empático. Los invito, por último, a salir de nuestra burbuja, a mirar hacia al lado y aportar en todo lo que podamos.



Comments


bottom of page