top of page
  • Foto del escritorTiempo Magis

Que un puntaje no limite nuestros sueños

Por: Araceli Mancilla y Josefa Paredes, egresadas de 4to medio.


Hace un mes aproximadamente se realizó La Prueba de Transición, la cual se llevó a cabo en dos bloques -4 y 5, y 7 y 8 de enero- para garantizar el distanciamiento físico. Además de considerar una fecha extraordinaria para el grupo de alumnos que debieron efectuar una cuarentena obligatoria en las fechas establecidas.


El año 2020 fue un año completamente distinto, y la prueba también entra en esta categoría. Nueva prueba, nuevos protocolos sanitarios, nuevas metodologías de aplicación. Cualquier sentir estaba permitido ante esto, porque en un año rodeado de incertidumbre lo que anhelamos con creces son certezas, que en este contexto eran difíciles de encontrar. Nuestra generación superó toda expectativa, fuimos la generación Covid-19, vivimos 4to medio online, con clases, licenciaturas y despedidas virtuales, y ahora quedaba lo último, rendir la prueba.


Hacer esta revisión al pasado y recordar todo el proceso previo a enfrentar esta prueba de admisión es algo que indudablemente genera una sensación extraña en el interior.


Todo estuvo marcado por la incertidumbre, se habló de saboteo, algunos esperaban su PCR para saber si podrían rendir la prueba, a otros los notificaron como contactos estrechos, y a demás de la responsabilidad social con la que cargamos al ser conscientes que el año que vivimos estuvo marcado por una tremenda brecha/desigualdad educativa.


Hemos escuchado decir una infinidad de veces la típica frase: "esta prueba no te define" o que "tus resultados no reflejan tus capacidades", y hoy cuando estamos a pocas horas de descubrir ese número, ese puntaje es cuando más convencidos/as de esta frase tenemos que estar, debemos confiar en ella tanto como en lo que somos. Porque si, es cierto, este momento es importante para nosotros/as, porque hubo tiempo dedicado para prepararnos, estuvo presente en esos cuatro años de enseñanza media, fue tema de conversación en la casa, en nuestros círculos de amigos/as, en el colegio, etc. Siempre se nos recordó que llegaría este momento. Ante esto, todo sentimiento y emoción que aflore es completamente normal, tenemos permitido sentir pena, frustración, ansiedad, rabia, felicidad, alegría, orgullo, alivio o simplemente no saber qué sentir, porque eso nos hace humanos.


Estamos acostumbrados a vivir sobre certezas, y los resultados de esta prueba pueden llegar a ser lo más certero que creemos tener en cuanto a nuestro futuro, pero ¿lo es? Es complicado desapegarse a esa certeza llamada “resultados de la PDT”, siempre se nos habló y enseñó que esta es la única llave que abre la puerta hacia un futuro exitoso, pero ¿qué es el éxito? ¿A qué llamo yo un futuro exitoso? pregúntatelo y encuentra la respuesta que habita en ti, en lo que eres en tu intimidad.


Queremos recordarles que esta prueba es solo un documento estándar, con alternativas preestablecidas, algo inerte que no hace más que intentar encasillarnos en números, pero no asumamos que tiene el poder de invalidarnos o quitarnos la posibilidad de decidir cómo queremos vivir nuestra vida. Confía en ti, tanto para soñar aquello que tú quieres hacer realidad y construir el futuro que tú quieres para ti. Permite que otros alimenten esa confianza, pero no olvides que tú eres tu principal fuente de confianza.


Lo que somos lo construimos de nuestras vivencias, historias, de nuestras propias batallas y oportunidades. No tiene relación alguna con el puntaje obtenido, porque no eres un número, nunca lo fuiste y nunca lo serás. Eres mucho más. Eres tu carisma, eres tu manera de vivir, de soñar, eres lo que te conmueve, lo que te inspira, eres lo que sientes. Eres un mundo, que aún no está descubierto del todo, y que está esperando ser habitado por ti mismo. Como un jardinero que sueña su jardín, que conoce los ritmos y tiempos de cada una de sus flores, que no las fuerza para que florezcan a la vez y que en cada temporada sabe encontrarles su novedad, y como este jardinero nosotros podemos soñar y descubrir nuestra vocación, cultivando y descubriéndola con lo que va sucediendo en nosotros, mientras vamos creciendo y madurando en fe.


Lo mejor que nos queda, es estar tranquilos y permitimos sentir, confiar en que Dios nos iluminará para saber cómo sobreponernos a lo que se nos presente. Atrévete a luchar por lo que quieres, no tengas miedo a volver a intentarlo, porque Él nos ama por quienes somos, no por quienes debiéramos ser.


“... Porque cuando apostamos por una causa que nos llena, al mismo tiempo nos enganchamos al vagón de la incertidumbre, aceptamos ser vulnerables y exponer nuestro ser profundo. y en esos momentos necesitamos saber que no vamos solos, nunca.” (Texto: No tengáis miedo, Pastoral SJ)


bottom of page