Da pena la verdad, estos actos empañan todo lo demás, aunque uno no lo quiera, afecta.
Me duele, por la Iglesia y por todos los que nos rompemos el lomo en la Iglesia para construir.
Pena enorme por el odio y el daño a las comunidades, pero más dolor x los templos vivos vulnerados.
Una sociedad más equitativa, igualitaria y justa. Nos queman nuestra casa injustamente.
Me parece triste y desatinado. Más entiendo la rabia que existe contra la jerarquía.
Encuentro que es la respuesta de una sociedad que no sabe por donde más expresar su rabia. Tenemos una Iglesia dañada, tenemos que construirla ladrillo a ladrillo y no hablo de lo literal. Tenemos que preguntarnos ¿qué haría Jesús en mi lugar? ¿Trataría mal a lxs que quemaron? O los abrazaría, comprendiendo que la rabia que tienen adentro arrastra un dolor más grande?
La violencia no es la forma, se que mucha gente está enojada con la Iglesia en sí con el clero, y si manifiestan su rabia haciendo destrozos a algo material, por todo lo que la “iglesia” ha hecho.
Me sorprendió la rapidez de la Iglesia para condenar el acto de violencia, pero para condenar los delitos de carabineros y del Gobierno se demoraron días. Dos iglesias no son nada comparado con toda la violencia a los más desprotegidos. Que no nos ciegue la destrucción de material frente a la destrucción de la dignidad que ha estado por años.
Como leí por ahí, Lucas 12; 49-59. No celebro la destrucción, pero Jesús estaría en marchas clamando.
Miedo por los contagios.
Ganas de seguir luchando.
La verdad me dió mucha pena, pienso que la violencia no es la forma para buscar el cambio.
Un poco desesperanzado, porque nuestra sociedad está cada vez más polarizada y no se ve la paz.
Leí comentarios que dejan mucho que desear, es importante respetar las creencias ajenas.
Tristeza, porque aquellos que quema, han sido quemados ellos primero por un Chile injusto.
Que ya no quiero más violencia.
Tristeza por nosotros los católicos que vimos cómo quemaron y violaron la Iglesia.
Hay hechos que me violentan demasiado, al punto de querer llorar o sentirme muy mal, ya que se pierde el respeto al querer manifestarse y asi se pasa a llevar religiones, cultura.
Tristeza. No podemos dejar que la conversación del futuro de Chile tome este tono y actitud.
La verdad es que más que opinión me ha generado emociones, pues en redes sociales hay mucho odio y nada de respeto por los demás. Se habla de respetar la orientación sexual, religión, etc. de los demás, pero no se cumple cuando uno da su opinión.
Que la Iglesia entiende.
Miedo y pena al ver la falta de amor en Chile.
Intolerancia; amenaza a la libertad de culto y religiosa; violencia extrema.
Me da pena que la violencia invisibilize las demandas y peticiones de las marchas. No justifico la violencia hacia ningún lado.. “Pedro, guarda tu espada”. Me duele que se politice el dolor y sufrimiento. Todos somos personas iguales en dignidad. Me cuesta ver que dueña más la muerte de un manifestante/paco. Todos somos hijos/as de Dios. Sufro al ver incendiarse un lugar que para mi es sagrado, donde habita Jesús.
Tristeza y miedo.
Me duele que nos alarme más un templo en llamas, que un hermano/a que sufre.
Podrían derribar nuestros templos, pero nunca nuestra fe. Sin miedo con la cruz a cuestas.
El punto número 13 de la Fratelli Tutti lo resume todo.. “el fin de la conciencia histórica”.
Se ha creado una sociedad indiferente y violenta, y se sorprenden que se comporten así.
Que tenemos que se una Iglesia en salida y estar con el pueblo.
Dolor y tristeza Me parece triste que algunos piensen que destruyendo y aniquilando lo que es refugio, cobijamiento y esperanza para muchos van a resolver algo. Me parece triste que la lucha de muchos se vea manchada por los actos de unos pocos. Me parece triste que alguien piense que para ser escuchado debe destruir y quemar ¿ A qué hemos llegado? Me causa dolor la falta de empatía hacia la gente que sufre y para quien la Iglesia es realmente un refugio Me causa tristeza que crean que la furia y el dolor interior va a calmar con la destrucción exterior. Me causa tristeza que sigamos peleando y debatiendo sobre tantas cosas sin llegar a ningún lado. Me causa tristeza que el pueblo chileno tenga y mantenga una constitución contra su propia voluntad porque fue elaborada durante una dictadura. Me causa dolor el dolor de las madres que temen por sus hijos. Que sufren la desigualdad. Que sufren la persecución política. Pero lo que más me duele es que sigamos creyendo que el odio y el rencor va a cesar con más odio y rencor. Es lo que se viene haciendo y no está funcionando, claro está . ¿Podremos cambiar el paradigma? Suena cliché pero el amor es la respuesta. Un amor que nace del centro de la Iglesia que es Cristo, y un amor que debe llegar a todas las esferas de la vida, incluso a la política. Basta de injusticia, negligencia, desigualdad, destrucción , mirar para el otro lado, la respuesta es el amor. Estamos llamados a grandes cosas... por qué nos conformamos con ser tapa de revista un solo día, cuando desde lo oculto y cotidiano podemos cambiar mucho más... véase la Madre Teresa, la hermana Mónica con su trabajo en la pastoral trans (lo que se vio en los medio es la punta del iceberg de trabajo y oración), Oscar Romero , el padre Opeka, y podría seguir... todo empezó desde lo pequeño.
Comentarios