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Las niñas de hoy, son las mujeres del futuro

Por: Araceli Mancilla, estudiante de 4to medio.


Resulta curiosa la tardanza en la declaración de una fecha que apoye a las niñas y adolescentes en sus derechos, mientras que desde que tengo memoria he escuchado sobre el día del niño, siendo esta una fecha que se ha transformado simplemente en algo comercial, perdiendo así su sentido real que es la lucha por los derechos del menor, tan vulnerados en tiempos pasados y alrededor del mundo.


El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña una fecha en la cual se conmemora y reconoce la lucha por los derechos de las niñas, también para concientizar sobre los desafíos únicos a los que enfrentan en todo el mundo solo por su género.


Me sorprende mucho el contraste existente entre el día del niño y el día de la niña en nuestro país: El primero lo recordamos todos los años porque prácticamente uno o dos meses antes comienzan a aparecer las publicidades comerciales, en las cuales se muestran lo nuevo en las jugueterías y las ofertas se multiplican; el segundo es apenas conocido y compartido.


Y esto, me hace ruido. Es totalmente necesario concientizar sobre las dificultades a las que se enfrentan las niñas y adolescentes de distintos lugares y así como sociedad hacerle frente a esto; sumarnos a la lucha por una igualdad y respeto, tan deseados por cada pequeña vulnerada. Estamos atrasados, probablemente ningún país en el mundo puede decir que ha alcanzado igualdad de género, porque en la vida de una infante son varios los obstáculos que les impiden desarrollarse en plenitud tanto culturalmente como a nivel legislativo. Toda persona se merece una infancia en donde pueda jugar, desarrollarse, aprender, crecer y concebir percepciones de la vida desde sus propios ojos y no un espacio en donde se vea vulnerado, negado o marginado.


Sueño con un mundo en donde se deje de determinar a las niñas como deben ser o actuar, en donde se les permita ser libres, en donde tengan oportunidades igualitarias, donde los estereotipos sean olvidados porque cada vez los usamos minimizamos y limitamos el mundo tan amplio de cada niña, en donde se sienten excluidas e inseguras. No deberían ser ellas mismas quienes estén dando la pelea por derribar todas estas barreras tan marcadas socialmente, pero así es. Y esto no significa que deba seguir siendo así, porque nos involucra a todos para alcanzar esa sociedad inclusiva que tanto deseamos.


La posibilidad de conseguir mujeres líderes, seguras, libres, confiadas depende mucho de la consideración en su cuidado y defensa de derechos cuando niñas. Esto no lo podemos olvidar. Las niñas de hoy, son las mujeres del futuro. Empoderarlas y educarlas desde pequeñas es necesario para ayudar a entender que aquello que se muestra en las películas es un molde en el que no necesariamente deben entrar. Merecen crecer sabiendo que tienen libertad de elección.


Es fuerte pero real que en algunos lugares del mundo aún muchas niñas se ven expuestas al matrimonio infantil, a la mutilación genital, violencia e incluso a no poder estudiar. En estos casos se vulnera su posibilidad de escoger, el derecho a elegir es tremendamente importante en el transcurso de la vida de toda persona. Debemos volver a mirar para poder identificar que estamos haciendo mal, solo así podremos transformar. Transmitirles a las niñas que nos rodean que pueden amar libremente, que pueden soñar, que son mucho más de lo que los demás pueden notar, que pueden educarse e imaginarse en el mundo que ellas deseen, porque sí pueden ser impulsoras de un cambio.


Jesús miraba a todos con ojos de amor y compasión, inspirando a conseguir el mayor desarrollo posible para ponerlo a disposición de la comunidad, pero entonces ¿por qué como sociedad nos empeñamos tanto en mantener estándares? Debemos progresar, no nos quedemos en la comodidad. Debemos ser una sociedad que defienda y respete la igualdad de derechos, una sociedad que defienda las diferencias y cree en ellas, fortalezas; debemos motivar a las niñas que conozcamos a sacar su máximo potencial, escucharlas soñar para que tengan seguridad de expresarse y no aprenda que se debe callar.


Las niñas de hoy, son las mujeres del futuro. El progreso en esta situación no solo es beneficioso para la vida de las niñas. Lo es para sus familias, comunidades, entorno, sociedad. Necesitamos un cambio y qué mejor que venga de la mano con la igualdad de derechos. Con diversidad se puede generar un mundo mucho más real.


Unamos nuestras voces para que este mensaje de igualdad llegue a más corazones, hagamos eco para que esto siga resonando en nuestros días y que no pase por delante de nuestros ojos sin notar que debemos ser parte de esta lucha, informémonos para así ser conscientes de lo que es justo. Apostemos por ese cambio que tanto queremos, por nuestras niñas para que sus voces sean escuchadas y visibilizar las luchas por sus derechos y sus vidas.


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